Un dron que inspecciona tierras de cultivo. Un monitor cardíaco en una residencia de ancianos. Una furgoneta llena de comida recorriendo códigos rurales. Un contenedor público que avisa al ayuntamiento cuando está lleno.
Estos casos de uso abarcan sectores y tienen objetivos completamente diferentes, pero todos se basan en la misma base invisible: una conectividad inteligente y sin interrupciones.
A medida que IoT se integra cada vez más en las industrias, la conectividad suele ser un hecho. Pero las suposiciones sobre la cobertura de la red, el enrutamiento de datos y el comportamiento de la SIM pueden causar problemas a escala. Cuando utilizas cientos o miles de puntos en geografías variables, las brechas comienzan a mostrarse.
Director General de Spitfire Network Services Ltd.
Y ahí es donde la arquitectura importa.
Detrás de cada implementación exitosa de IoT hay una serie de decisiones de conectividad que afectan todo, desde la continuidad del servicio hasta la postura de ciberseguridad. Y a pesar de toda la atención prestada al diseño de terminales y al análisis de datos, el tejido conectivo, la capa de red, todavía no recibe la consideración estratégica que merece.
No todas las SIM multired son iguales
Las SIM de red se utilizan ampliamente para abordar los desafíos de cobertura, especialmente cuando un solo proveedor no puede brindar un servicio confiable en todas partes. Pero el término en sí es engañoso. Muchas organizaciones piensan que están obteniendo una tarjeta SIM que se conecta automáticamente a la mejor señal disponible, pero en la práctica, no siempre es así.
Las tarjetas SIM multired no guiadas tienen principalmente desventajas. Estas SIM no favorecen a una red sobre la otra, lo que suena ideal en teoría. Pero, en realidad, la selección de redes se rige por los estándares 3GPP, que inicialmente priorizan la disponibilidad, no la calidad o el rendimiento de la señal.
Esto significa que un dispositivo puede conectarse a una red “servible” pero subóptima, o peor aún, conectarse a un servicio degradante mientras se descuidan mejores opciones.
Los acuerdos de roaming (o la falta de ellos) añaden otra capa de complejidad, ya que corren el riesgo de que las tarjetas SIM se desconecten o se prohíban de las redes sin previo aviso. Agregue una latencia impredecible y una lógica de falla opaca, y queda claro que “multired” no significa necesariamente “confiable”.
Dual IMSI SIM puede proporcionar más control y previsibilidad
Existe un enfoque más sofisticado en el modo IMSI dual SIM. Estas SIM tienen dos perfiles: un IMSI doméstico principal y un alternativo secundario que utiliza una solución de red múltiple adecuada pero menos óptima, similar a las SIM únicas IMSI de la competencia.
A diferencia de las SIM no guiadas, la tecnología IMSI dual proporciona un marco basado en políticas para un comportamiento más consistente.
El IMSI principal se puede optimizar en términos de costo y latencia, asegurando que el dispositivo utilice de manera predeterminada la red más adecuada en condiciones normales. Si la señal cae o no está disponible, se activa el segundo IMSI.
Algunas ofertas de IMSI dual complican el problema al utilizar una dirección IP diferente para cada IMSI, pero al menos un proveedor de servicios ofrece una única dirección IP fija para ambas IMSI, por lo que los usuarios potenciales deben tener cuidado para garantizar que sus ofertas de productos se adapten a sus necesidades.
Fundamentalmente, la solución de dirección IP única Dual IMSI permite una asignación de IP consistente y reglas de enrutamiento predefinidas en ambos perfiles. Esto significa menos trabajo de configuración, menos sorpresas y entregas más fluidas en el campo.
La orientación pública crea una exposición innecesaria
La conectividad no se trata solo de estar en línea: se trata de hacia dónde viajan sus datos cuando salen de su dispositivo. Muchas soluciones SIM comerciales dirigen el tráfico desde la Internet pública, lo que provoca una exposición innecesaria. De esta manera se pueden encontrar dispositivos y capturar datos.
Para sectores que manejan información sensible o regulada; salud, finanzas, legal, logística, esta exposición significa mucho riesgo. Pero incluso fuera de las industrias reguladas, la mala visibilidad de cómo y dónde viajan los datos puede afectar todo, desde el rendimiento hasta el cumplimiento.
Dirigir el tráfico a través de una infraestructura privada y controlada reduce significativamente la superficie de ataque. Ya sea integración MPLS, interconexiones directas en la nube o túneles seguros a través de líneas fijas, el enrutamiento privado garantiza que el tráfico de dispositivos permanezca invisible ante amenazas externas y sea manejable desde un punto de control central.
Gestionar a escala significa gestionar de forma centralizada
A medida que crecen las implementaciones de IoT, la simplicidad operativa es tan importante como la resiliencia técnica. Si su equipo está cambiando manualmente los APN, solucionando problemas de comportamiento no autorizado de SIM o haciendo malabarismos con diferentes paneles para diferentes redes, algo salió mal en la fase de diseño.
No es sorprendente que exista una demanda creciente de redes privadas que admitan el aprovisionamiento, el monitoreo y la aplicación de políticas unificados en todos los dispositivos, independientemente de la ubicación o la red de acceso. Especialmente cuando las flotas de terminales abarcan geografías, casos de uso o unidades de negocio.
En todos los casos, la coherencia es importante. Si un sensor de contenedor en Bristol y una cámara en Carlisle se comportan de manera diferente según el perfil SIM activo, esta inconsistencia puede convertirse rápidamente en una carga de soporte.
La capacidad de mantener rangos de IP consistentes en IMSI, automatizar la lógica de conmutación por error y monitorear el rendimiento de manera centralizada es lo que hace que IoT sea viable a escala.
Más de una SIM
Los primeros días de IoT se centraron en los dispositivos: lo que podían medir, detectar o informar. Pero ahora que estos dispositivos están en todas partes, debemos pensar en la conectividad como una decisión de diseño, más que como una característica implícita u obvia.
Ya sea que esté administrando vehículos autónomos, tecnología portátil o infraestructura de calles inteligentes, el valor real de IoT reside en la continuidad, el control y la confidencialidad. Y eso depende no sólo de lo que hay en el borde, sino de todo lo que hay entre el dispositivo y el destino.
En última instancia, su implementación de IoT es tan inteligente como la infraestructura que la respalda.
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