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La psicología detrás de por qué la gente se queda, se va o no en el trabajo

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La psicología detrás de por qué la gente se queda, se va o no en el trabajo

Los líderes pasan mucho tiempo preguntándose por qué algunos empleados siguen siendo leales, por qué otros se van rápidamente y por qué tantos se van mucho antes de salir por la puerta. La gente suele asumir que la razón principal por la que los empleados se van es el salario o el ascenso. Estas cosas importan, pero sólo arañan la superficie. La explicación más amplia se basa en la psicología. Los empleados toman decisiones basándose en cómo se sienten, qué temen, qué asumen y si sus experiencias diarias refuerzan una sensación de significado y conexión. Ésta es la parte que los líderes pasan por alto. Las pistas siempre están ahí, pero a menudo están ocultas en interacciones cotidianas que parecen pequeñas y rutinarias.

¿Qué revela la psicología del trabajo diario sobre por qué la gente se queda?

Las personas permanecen en trabajos en los que se sienten comprendidas. Cualquier organización puede ofrecer flexibilidad o mejores beneficios, pero esto no es lo que mantiene a las personas comprometidas a largo plazo. Los empleados se quedan cuando sienten que su voz es importante, cuando el apoyo se siente constante en lugar de controlar y cuando su gerente muestra un interés genuino en cómo experimentan su jornada laboral. Satya Nadella de Microsoft ha hablado de esto a menudo. Destaca cómo las personas se desempeñan a un nivel superior cuando los líderes abordan las conversaciones con una mentalidad de aprendizaje en lugar de una mentalidad de respuesta. Este cambio cambia el tono de la relación. Cuando los empleados sienten curiosidad por parte de los líderes, disminuye la actitud defensiva, genera confianza y fortalece el compromiso.

La curiosidad también indica interés, y el interés indica valor. Cuando las personas se sienten apreciadas, se quedan. Cuando no lo hacen, comienzan a explorar otras opciones. Por eso es tan importante el tono de tus interacciones diarias. Un solo momento de sentimiento de despido puede pesar más que meses de intenciones positivas. Los empleados interpretan constantemente las pequeñas señales que reciben en el trabajo. Se dan cuenta si su gerente hace preguntas, si la retroalimentación se siente como una conversación o una corrección y si los líderes cumplen lo que prometen. Estos momentos moldean cómo ven la organización e influyen en si quieren seguir siendo parte de ella.

¿Por qué la psicología explica por qué la gente se va incluso cuando el trabajo parece bueno en el papel?

La gente se marcha cuando el coste psicológico empieza a superar la recompensa. Este cambio rara vez proviene de un solo incidente. La frustración aumenta lentamente a medida que las personas atraviesan situaciones que destruyen la confianza o crean la sensación de ser ignoradas. A menudo escucho a los líderes decir que una salida los tomó por sorpresa, pero la mayoría de los empleados comienzan a desconectarse silenciosamente mucho antes de anunciar cualquier intención de irse.

La primera señal emocional es la frustración. Cuando las personas se sienten ignoradas o bloqueadas por un gerente, la frustración se convierte en resignación. La segunda señal es la pérdida de identidad. Los empleados quieren sentirse orgullosos de su contribución. Cuando su papel ya no refleja quiénes son o quiénes esperan llegar a ser, comienza a formarse una distancia. La tercera señal es la confusión. Cuando las expectativas cambian sin explicación, la gente duda de su capacidad para tener éxito. Las investigaciones muestran que la incertidumbre agota los recursos cognitivos, aumenta el estrés y disminuye la motivación. En este estado, la gente se va para recuperar la claridad, incluso cuando la nueva oportunidad no ofrece recompensas significativamente mejores.

He hablado con muchos líderes que dicen que han perdido a personas con buen desempeño incluso cuando el puesto ofrecía crecimiento, salario justo y ascenso. Se suponía que esas cosas eran suficientes, pero no lo eran. La gente se quedará en busca de experiencias que confirmen las promesas, no sólo las promesas.

¿Cómo ayuda la psicología a explicar por qué las personas se jubilan mucho antes de irse?

La desconexión es uno de los patrones psicológicos más incomprendidos en el lugar de trabajo. La gente ya no ve un camino a seguir. La psicología detrás de esto tiene que ver con suposiciones. Cuando los empleados no reciben información, llenan el silencio con sus propias interpretaciones. Suponen que sus ideas son innecesarias, que otros tienen más influencia o que los errores serán juzgados con dureza. Estas suposiciones crean vacilación, y la vacilación crea distancia emocional.

Veo este patrón a menudo en las aulas. Cuando los estudiantes piensan que una pregunta será juzgada, permanecen en silencio. El silencio se convierte en una forma de protección y lo mismo ocurre en el lugar de trabajo. Los empleados contribuyen menos cuando situaciones pasadas les han enseñado que contribuir implica riesgos. Dudan en plantear sus preocupaciones porque creen que nada cambiará. Las conversaciones de retroalimentación son intimidantes porque no están seguros de cómo se transmitirá el mensaje. Cuando los líderes notan la falta de compromiso, sus empleados ya han tomado la decisión de irse.

La IA añadió una nueva capa de ansiedad. En muchas organizaciones, a los empleados les preocupa que las nuevas herramientas expongan las brechas de habilidades o hagan que los trabajos sean menos relevantes. Este miedo hace que las personas se retraigan durante el entrenamiento o eviten la tecnología por completo. La psicología detrás de esta resistencia está relacionada con la identidad. La gente quiere proteger el sentido de competencia que han trabajado duro para construir. Cuando una nueva herramienta amenaza esa identidad, el retraimiento emocional parece más seguro que el compromiso. La solución es asegurarse de que los empleados comprendan cómo la tecnología los apoya y cómo facilita su trabajo. Sin esta tranquilidad, la desconexión sólo empeora.

¿Cómo pueden los líderes utilizar la psicología para fortalecer el compromiso y crear entornos donde las personas quieran quedarse?

Los líderes no necesitan una formación formal en psicología para apoyar a los empleados de forma más eficaz. Se benefician más al prestar atención a los patrones emocionales detrás del comportamiento. Una forma de hacerlo es haciendo mejores preguntas. Cuando los líderes preguntan a los empleados qué les interesa, qué quieren aprender o qué desafíos los frenan, el tono de la conversación se centra en la persona en lugar de en la tarea.

Otro paso útil implica abordar los supuestos. Alentar a los empleados a repetir lo que escucharon o a pedir una aclaración elimina las suposiciones que normalmente conducen a la desconexión. Este hábito genera confianza y ayuda a las personas a sentirse más seguras al participar en conversaciones que alguna vez fueron intimidantes.

Los líderes también generan compromiso al brindar comentarios significativos, expectativas consistentes y un seguimiento confiable. Estos son importantes porque la gente quiere previsibilidad. También quieren entender cómo su trabajo se conecta con algo más grande y cómo su contribución crea valor. Cuando estos elementos están presentes, los empleados se sienten más seguros y asumen riesgos, comparten ideas y permanecen abiertos a la retroalimentación.

Una de las realidades que más se pasa por alto es que irse y dejar de fumar son dos resultados diferentes. Muchos empleados que permanecen físicamente presentes ya se han desconectado psicológicamente porque ya no ven un futuro que coincida con quienes son. El objetivo es crear entornos donde las personas se sientan animadas a participar plenamente, no sólo a mantener una plantilla.

Valor real para los líderes en la comprensión de la psicología

La psicología detrás de por qué las personas se quedan, se van o se jubilan proviene de comunicar que los empleados son importantes. Los líderes que abrazan la curiosidad, la empatía y la claridad crean entornos donde las personas se sienten empoderadas, apoyadas y motivadas. La rotación disminuye no porque la organización ofrezca más beneficios, sino porque los empleados se sienten comprendidos. El compromiso aumenta porque los empleados confían en su voz y sus aportes. En un lugar de trabajo donde las expectativas cambian rápidamente y el talento tiene más opciones que nunca, esa conexión psicológica se convierte en uno de los activos más importantes que cualquier líder puede desarrollar.

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